sábado, 21 de abril de 2012

JAMES LOVELOCK


James Ephraim Lovelock nació el 26 de julio de 1919 en Letchworth Garden City, en el Reino Unido. Se graduó como químico en la Universidad de Manchester en 1941 y en 1948 obtuvo el doctorado en Medicina en la Facultad de Higiene y Medicina Tropical de Londres. En 1959 obtuvo el título de Doctor of Science en Biofísica en la Universidad de Londres. Después de graduarse en Manchester empezó a trabajar en el Consejo de Investigación Médica del Instituto Nacional de Investigación Médica de Londres. Dentro de este periodo, trabajó cinco años –de 1946 a 1951- en la Unidad de Investigación del Resfriado Común del Hospital Harvard de Salisbury (Wiltshire, Reino Unido).
En 1954 recibió una beca en medicina de la Fundación Rockefeller (Rockefeller Travelling Fellowship), que realizó en la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, en Boston (EUA). En 1958 fue profesor visitante en la Universidad de Yale durante un periodo similar. En 1961 renunció a su puesto en el Instituto Nacional de Investigación Médica de Londres para trabajar a tiempo completo como profesor de química en la Facultad de Medicina de la Universidad de Baylor en Houston (Texas) donde permaneció hasta 1964.

Desde 1964 es un científico independiente, aunque ha continuado estableciendo asociaciones académicas honoríficas como profesor visitante, primero en la Universidad de Houston y luego en la Universidad de Reading. Desde 1982 colabora con la Asociación de Biología Marina de Plymouth, primero como miembro del consejo, y de 1986 a 1990 como presidente.
James Lovelock es autor de aproximadamente 200 artículos científicos. Ha creado más de 50 patentes, en su mayoría de detectores para uso en análisis químicas. Uno de ellos, el detector de captura de electrones, fue importante para el desarrollo de la conciencia ambiental. Reveló por primera vez la distribución ubicua de los residuos de pesticidas y otros compuestos químicos que contienen halógenos.

Es el creador de la hipótesis de Gaia (ahora llamada teoría de Gaia) y ha escrito cuatro libros sobre este tema: “Gaia, una nueva visión de la vida sobre la Tierra” (Oxford University Press, 1979. En español: Hermann Blume, 1983), “Las edades de Gaia” (W. W. Norton, 1988. En español: Tusquets, 1993), “Gaia: una ciencia para curar el planeta” (Gaia Books, 1991. En español: Integral Cop, 1992) y “Homenaje a Gaia. La vida de un científico independiente” (2000. En español: Laetoli, 2005).
Hace veinte años postulé que la Tierra es un sistema autorregulable capaz de mantener el clima y la composición química confortable para los organismos, Ésta hipótesis -la hipótesis de Gaia, ahora llamada teoría de Gaia- todavía debe probarse. Una crítica habitual a esta teoría es que se relaciona con la Teología. Esta acusación es injusta, pues nunca me propuse atribuirle un propósito o una visión del futuro. Sea correcta o no, es una teoría comprobable y capaz de realizar predicciones “arriesgadas”.
, aunque fue completamente confirmada por M.O. Andreae.
                                                                    LAURA SANTANO ARAUJO

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