Nació en Volosko (Croacia) el 23
de enero de 1857.
De sus primeros años de vida se
conocen muy pocos acontecimientos, aunque en la escuela elemental destacó por
su capacidad para el estudio de otros idiomas. Con tan solo quince años de edad
hablaba, además del croata como lengua natal, inglés, francés e italiano;
posteriormente aprendió griego, latín, checo y alemán. Completó su formación en
la Universidad de Praga, donde, bajo la tutela del físico Ernst Mach, se graduó
en física y en matemáticas.
Al principio trabajó como
profesor de diferentes colegios. Con el tiempo ocupó el puesto de profesor de
oceanografía y de meteorología en la Escuela Náutica Real de Bakar, cerca de
Rijeka. En esta escuela Mohorovicic profundizó los conocimientos que luego le llevarían
a ser un gran científico y experto meteorólogo. Llegó a ser profesor en la
Universidad de Zagreb, en la que desarrolló con gran maestría los estudios de
la propagación de las ondas sísmicas.
En Zagreb fundó la estación
meteorológica en 1887, y cinco años después fue nombrado Director del
Observatorio Meteorológico. Durante muchos años dedicó gran parte de su trabajo
a la dotación del centro, diseñando y construyendo los aparatos que le
permitieran medir las velocidades vertical y horizontal de las nubes, además de
otros instrumentos necesarios para sus experiencias.
En 1907, publicó el trabajo
Instrucciones para la observación de la precipitación en Croacia y Eslovenia.
En aquella época el observatorio
de Zagreb era uno de los más modernos y avanzados de Europa en la medición de
ondas sísmicas, gracias a los sismógrafos que tenía en sus instalaciones.
Estudió la evolución de las ondas sísmicas de diversos terremotos, pero el
sucedido en el valle de Kulpa el año 1909 permitió a Mohorovicic apreciar que
las ondas sísmicas llegaban en dos intervalos de tiempo diferentes, dado que el
interior de la Tierra era heterogéneo, y dedujo
que cuando las ondas sísmicas alcanzan los límites entre distintos tipos
de material, se reflejan y se refractan, tal y como lo hacen el resto de las
ondas, por lo que afirmó que había diferentes capas que provocaban la
desviación de estas ondas sísmicas.
Con el tiempo, Mohorovicic fue
conocido por su aportación principal, el descubrimiento de la discontinuidad
existente entre el manto y la corteza terrestre (discontinuidad de
Mohorovicic), aproximadamente a una profundidad que oscila entre los 10 y los
70 kilómetros.
Mohorovicic se retiró de la vida
activa en 1921 y falleció en Zagreb en 1936. Fue reconocido como un eminente meteorólogo
y sismólogo, a la vez que uno de los más sobresalientes científicos en el campo
del estudio de la Tierra en el siglo XX.
No hay comentarios:
Publicar un comentario