Nació el 5 de Octubre de 1713 en Langres, una
pequeña ciudad del noroeste de Francia.
El primer contacto de Diderot con París fue cuando este tenía 16 años. Estudió en los colegios Louis le Grand y D’Harcourt. Los años de su temprana juventud estuvieron marcados por los desencuentros con su padre ya que era incapaz de dedicarse a la carrera eclesiástica que le habían destinado, por lo que decidió no regresar a Langres y malvivir en París como traductor de inglés, de esta manera entró en contacto con el conde de Shaftesbury, el que ejerció gran influencia sobre sus primeras obras.
Su primer contacto con la medicina también se debió a su conocimiento del inglés, tras la traducción al francés del Diccionario de la medicina.
Al tiempo que ultimaba la traducción del diccionario escribía sus Pensamientos Filosóficos, una obra condenada por el Parlamento de París, por considerarse un texto escandaloso, contrario a la buena religión y a las costumbres.
Diderot atravesó un período deísta y consideraba que el conocimiento de dios provenía de la razón. Las fuentes de la moral, de la cohesión social y de la ética debían encontrarse en uno mismo.
Él vivía entonces en el barrio de los convulsionados de Saint-Médard y buscaba una reconciliación entre la filosofía natural y la verdad alejada de los fanatismos religiosos. Diderot participaba de la corriente que hacía de la historia natural la mejor aproximación a las verdades eternas.
La predilección por los argumentos inspirados en las obras de la filosofía y la historia natural se mantuvo constante en las obras de Diderot y utilizaba en sus Pensamientos filosóficos los descubrimientos de Leeuwenhoek para combatir la idea de las generaciones espontáneas que hacía innecesaria la idea de un ser creador. Más tarde las ideas de otra microscopista le hicieron desdecirse del deísmo para abrazar enteramente el ateísmo. Su radicalismo filosófico eclosionó cuando se encontraba mejor colocado desde el punto de vista económico y de sus relaciones políticas, mientras que sus ideas más comedias se fraguaron en los submundos más bajos de la Ilustración.
Hacia la década de 1740 Diderot no era ni un fanático ni un ateo, sino que ansiaba ser un hombre honesto que pudiera vivir de sus méritos. Se comporta como un pobre diablo que había rechazado la autoridad paterna y era joven, estaba sin dinero, sin reputación y sin medios de subsistencia. Sobrevivir, resistir y esconderse era su proclama. .
La desobediencia que conducirá a Diderot a abandonar la casa paterna, a la clandestinidad, a la enfermedad y al hambre será el resultado de una circunstancia egoísta que reclama para sí la disposición de amar y de obrar libremente. La disyuntiva entre la pasión y la razón no existe para Diderot, sino más bien cree que la razón y la libertad están al servicio de las pasiones. En 1741 conoció a Anne-Toinnette Champion con la que se casaría más tarde y con la que tendría una hija, después de regresar a Langres para obtener el consentimiento de su padre para el matrimonio y el dinero para ello. Diderot le reclamó a su padre su parte de la herencia y este lo hizo encerrar en un monasterio cerca de París, cuando tenía 29 años. Diderot permaneció escondido en París hasta el día de su casamiento clandestino. Diderot vivió su vida parecida a la de los héroes de la novela sentimental inglesa, hombres que se creían virtuosos, tocados por el infortunio, perseguidos y asustados. En 1743 comenzó su amistad con Jean-Jacques Rousseau, con d’Alembert y con el abate Condillac, quien le inspiraría la Carta sobre ciegos. La mayor parte de las grandes obras de Diderot tardaron mucho tiempo en publicarse.
Diderot fue reconocido por sus obras y escogido miembro de la Academia Francesa. No se enriqueció con ellas, prueba de ello es que tuvo que vender su biblioteca para poderle ofrecer una dote a su hija Angelique. Fue Catalina II de Rusia quien mandó comprar la biblioteca cuando conoció las estrecheces económicas de Diderot debido a que tenían un amigo en común.
Cuando tenía 60 años, Diderot fue invitado a la corte de San Petesburgo donde pasó varios meses como consejero de la zarina. Diderot fue un gran feminista, defensor de la abolición de la esclavitud y creador de las mayores paradojas de la literatura europea; de las que sólo queda una tercera parte y faltan las primeras que escribió.
Denis Diderot murió en París por problemas gastrointestinales el 31 de Julio de 1784, cuando tenía 70 años.
El primer contacto de Diderot con París fue cuando este tenía 16 años. Estudió en los colegios Louis le Grand y D’Harcourt. Los años de su temprana juventud estuvieron marcados por los desencuentros con su padre ya que era incapaz de dedicarse a la carrera eclesiástica que le habían destinado, por lo que decidió no regresar a Langres y malvivir en París como traductor de inglés, de esta manera entró en contacto con el conde de Shaftesbury, el que ejerció gran influencia sobre sus primeras obras.
Su primer contacto con la medicina también se debió a su conocimiento del inglés, tras la traducción al francés del Diccionario de la medicina.
Al tiempo que ultimaba la traducción del diccionario escribía sus Pensamientos Filosóficos, una obra condenada por el Parlamento de París, por considerarse un texto escandaloso, contrario a la buena religión y a las costumbres.
Diderot atravesó un período deísta y consideraba que el conocimiento de dios provenía de la razón. Las fuentes de la moral, de la cohesión social y de la ética debían encontrarse en uno mismo.
Él vivía entonces en el barrio de los convulsionados de Saint-Médard y buscaba una reconciliación entre la filosofía natural y la verdad alejada de los fanatismos religiosos. Diderot participaba de la corriente que hacía de la historia natural la mejor aproximación a las verdades eternas.
La predilección por los argumentos inspirados en las obras de la filosofía y la historia natural se mantuvo constante en las obras de Diderot y utilizaba en sus Pensamientos filosóficos los descubrimientos de Leeuwenhoek para combatir la idea de las generaciones espontáneas que hacía innecesaria la idea de un ser creador. Más tarde las ideas de otra microscopista le hicieron desdecirse del deísmo para abrazar enteramente el ateísmo. Su radicalismo filosófico eclosionó cuando se encontraba mejor colocado desde el punto de vista económico y de sus relaciones políticas, mientras que sus ideas más comedias se fraguaron en los submundos más bajos de la Ilustración.
Hacia la década de 1740 Diderot no era ni un fanático ni un ateo, sino que ansiaba ser un hombre honesto que pudiera vivir de sus méritos. Se comporta como un pobre diablo que había rechazado la autoridad paterna y era joven, estaba sin dinero, sin reputación y sin medios de subsistencia. Sobrevivir, resistir y esconderse era su proclama. .
La desobediencia que conducirá a Diderot a abandonar la casa paterna, a la clandestinidad, a la enfermedad y al hambre será el resultado de una circunstancia egoísta que reclama para sí la disposición de amar y de obrar libremente. La disyuntiva entre la pasión y la razón no existe para Diderot, sino más bien cree que la razón y la libertad están al servicio de las pasiones. En 1741 conoció a Anne-Toinnette Champion con la que se casaría más tarde y con la que tendría una hija, después de regresar a Langres para obtener el consentimiento de su padre para el matrimonio y el dinero para ello. Diderot le reclamó a su padre su parte de la herencia y este lo hizo encerrar en un monasterio cerca de París, cuando tenía 29 años. Diderot permaneció escondido en París hasta el día de su casamiento clandestino. Diderot vivió su vida parecida a la de los héroes de la novela sentimental inglesa, hombres que se creían virtuosos, tocados por el infortunio, perseguidos y asustados. En 1743 comenzó su amistad con Jean-Jacques Rousseau, con d’Alembert y con el abate Condillac, quien le inspiraría la Carta sobre ciegos. La mayor parte de las grandes obras de Diderot tardaron mucho tiempo en publicarse.
Diderot fue reconocido por sus obras y escogido miembro de la Academia Francesa. No se enriqueció con ellas, prueba de ello es que tuvo que vender su biblioteca para poderle ofrecer una dote a su hija Angelique. Fue Catalina II de Rusia quien mandó comprar la biblioteca cuando conoció las estrecheces económicas de Diderot debido a que tenían un amigo en común.
Cuando tenía 60 años, Diderot fue invitado a la corte de San Petesburgo donde pasó varios meses como consejero de la zarina. Diderot fue un gran feminista, defensor de la abolición de la esclavitud y creador de las mayores paradojas de la literatura europea; de las que sólo queda una tercera parte y faltan las primeras que escribió.
Denis Diderot murió en París por problemas gastrointestinales el 31 de Julio de 1784, cuando tenía 70 años.
Águeda Soria Serrano 1ºB